Las piedras
están relacionadas con la energía del sol y de la tierra, almacenando hierro y magnesio, por lo cual obtienen el poder para relajar, combatir el dolor además de revitalizar y oxigenar la piel de todo el cuerpo.
Se utilizan piedras calientes y frías,
blancas o negras,
que se alternan en forma intensa y profunda ejerciendo presiones terapéuticas en puntos concretos
y realizando maniobras de masaje bien definidas.